Introducción: La Proclamación de la Esperanza en Tiempos Inciertos
Antes de continuar, te recuerdo que estamos en el tercer tema de la catequesis misionera, si no has leído los temas anteriores te invito a que visites el tema anterior del magníficat o explores en los temas ordenados de la catequesis misionera que tenemos en nuestro sitio.
Zacarías: El Cántico de la Fe y la Profecía
En la quietud de una mañana que cambiaría el curso de la historia, un viejo sacerdote llamado Zacarías, superando su mudez impuesta por la incredulidad, alzó su voz en un cántico de fe que resonaría a través de las generaciones. Este cántico, conocido como el «Benedictus», no es solo una expresión de gratitud divina, sino una proclamación audaz de la llegada inminente del Redentor mesiánico que traería luz a las sombras de un mundo en espera.
El «Benedictus» en la Liturgia de las Horas
El «Benedictus» se recita en la liturgia de las horas, específicamente en las Laudes matutinas, y cada verso es un eco de la promesa cumplida de Dios hacia su pueblo. En este cántico, Zacarías —padre de Juan el Bautista y testigo de las maravillas de Dios— nos guía a través de una reflexión profunda sobre la misericordia y la redención divinas, articuladas en el contexto de las antiguas promesas hechas a Abraham y David.
Significado y Relevancia del «Benedictus»
Este artículo busca explorar no solo el contenido y significado del «Benedictus» como pieza central de la misa, sino también su relevancia perpetua como fuente de esperanza y guía espiritual. Acompáñanos en este viaje a través del tiempo, donde la antigua profecía y la devoción moderna se encuentran en las palabras vibrantes de Zacarías.
BENEDICTUS. CATEQUESIS MISIONERA (3)
TEXTO ÁUREO. – San Lucas, cap. 1, vs.67-80.
Una vez desatada su lengua, el sacerdote Zacarías entonó un cántico profético, resaltando el carácter mesiánico del Redentor y su misión como “PROFETA DEL ALTÍSIMO”. El tema central del himno es la misericordia de Dios y su fidelidad a la alianza eterna, comenzando con una poderosa alabanza:
“BENDITO EL SEÑOR, DIOS DE ISRAEL, PORQUE HA VISITADO Y REDIMIDO A SU PUEBLO”
Lc 1:68
La promesa y la redención
Inicio del Himno en Latín: “BENEDICTUS DOMINUS” (Bendito el Señor), marcando este cántico como el «Benedictus» o Cántico de Zacarías, un canto de inspiración divina emanado del Espíritu Santo. En este momento histórico, Yahvéh Dios se revela a su pueblo, liberándolo de las opresiones de Roma y de las fuerzas malignas desde el Edén.
El Dios de Israel viene como Redentor, de ahí su convicción:
“Y LEVANTÓ A FAVOR NUESTRO UN CUERNO (1) DE SALVACIÓN EN LA CASA DE DAVID, SU SIERVO”
Lc 1:69
Este versículo simboliza la llegada del Mesías, descendiente de David, como una manifestación del poder salvador de Dios. Las bendiciones recitadas por los piadosos judíos anticipan la emergencia de este «cuerno de la salvación», reconociendo a Jesús como el liberador prometido.
En una de las dieciocho bendiciones que los piadosos judíos oraban a Yahvéh Dios figura la siguiente: “Haz brotar pronto el vástago (2) de David, tu siervo, y levanta su cuerno con tu ayuda. Alabado seas, Yahvéh, que haces brotar el cuerno de la salvación”. Este “cuerno de la salvación” es el Mesías surgido de la estirpe de David, siervo de Dios. Jesús es el “poder salvador”, libertador poderoso levantado por Dios.
Cumplimiento de las Profecías
Y continúa:”… como había prometido por la boca de sus santos profetas desde antiguo, salvándonos de nuestros enemigos y del poder de todos los que nos aborrecen, para hacer misericordia con nuestros padres y acordarse de su Alianza Santa, el juramento que juró a Abraham, nuestro padre, darnos, para que, sin temor, libres del poder de los enemigos, le sirvamos en santidad y justicia, en su Presencia, todos nuestros días” (vs.70-74, texto). Se está refiriendo a los enemigos políticos que odian al pueblo judío, que son los opresores de Israel y, por ende, de Dios Mismo. No se trata aquí de un grito de venganza, sino más bien, de esperanza.
La Esperanza de un Reino de Paz
Al enviar Yahvéh Dios al Redentor mesiánico, cumple su juramento al Patriarca Abraham y su descendencia (Gn.15, 4-6). A pesar de que en su Cántico este sacerdote espera la liberación política de su subyugada raza, aparece, sin embargo, el Mesías como Príncipe “manso”, pacífico, cuya misión es instaurar el reino eterno de la paz en medio de un mundo impío. Los rasgos de su Reino son la justicia y la piedad.
Proclamación del Profeta del Altísimo
Así ha concluido la primera parte de su himno en que bendice a Yahvéh Dios porque realizó la obra de salud (“salvación”). En la segunda parte, declara la misión a que está destinado el niño, diciendo: “Y tú, niño, serás llamado “PROFETA DEL ALTÍSIMO”, pues tú irás delante del Señor para preparar sus caminos, para dar la ciencia de la salud (“salvación”) a su pueblo con la remisión de sus pecados, por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, en las cuales nos visitará naciendo de lo alto, para iluminar a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte, para enderezar nuestros pies por el camino de la paz” (vs.76-79, texto).
Continuidad de la Misión Divina
Siglos antes, el profeta Malaquías anunciaba al heraldo (3) del Mesías venidero (Mlq.3, vs.1-3) que prepararía los caminos del Mesías e instruiría al Pueblo sobre la verdadera naturaleza de la redención, en el perdón de pecados y la misericordia divina. Dirá al pueblo que la obra redentora “viene de lo Alto” (Mlq. 3, vs.10). Por tanto, la Alianza con David (vs.68-71, texto); la Alianza con Abraham (vs.72-76, texto), nos introduce hacia una “NUEVA ALIANZA EN CRISTO” (vs.76-79, texto). Y continúa su cántico espiritual, diciendo:
“NOS VISITARÁ EL SOL QUE VIENE DE LO ALTO”
vs. 78, texto
Conclusión: El Amanecer de la Redención
En el original griego “anatolé” significa “EL SOL QUE NACE” (del Oriente, o Sol naciente), no tanto la luz que brilla en nuestro planeta, sino más bien como el “GERMEN QUE BROTA”. Ambas imágenes tienen valor mesiánico. Es lo que profetiza Isaías (capítulo 9, verso 1) o como el “renuevo” que brotará del tronco de Jesé, es decir, de la dinastía davídica, un vástago sobre el que se posará el Espíritu de Dios (Isaías 11, vs.1-2). Cristo, el Mesías de la Promesa, es “LA LUZ QUE ILUMINA” a toda criatura (Sn. Jn. 1, vs.9) y con él florece la vida (Sn. Jn. 1, vs.1).
Glosario
- CUERNO, m. (latín “cornu”). Parte dura y cónica que se forma en la cabeza de ciertos rumiantes. Sinónimo: osamenta, asta // Protuberancia del rinoceronte // Vaso hecho de cuerno: beber chicha en cacho // El altar de los holocaustos tenía en las cuatro esquinas cuatro cuernos o salientes revestidos de bronce (Éx. 27, vs.1-2). Si un perseguido a muerte se alcanzaba a sujetar de estos cuatro cuernos se le reconocía asilo en el Santuario (Éx. 21, vs.13-14). // El sacerdote Sadoc tomó del Santuario el cuerno de aceite y ungió a Salomón como Rey de Israel. Al saber la noticia Adonías, hijo de Yaguit, que ambicionaba el trono, tuvo miedo de Salomón y fue a agarrarse de los cuernos del altar, logrando el perdón del Rey (1ª Re.1, vs.50-53). No aconteció lo mismo con Joab, aliado de Adonías y del sacerdote Abiatar contra David (1ª Re. 2, vs.28-29).
- VÁSTAGO, m. Renuevo o brote del árbol o planta: un vástago de la vid. Fig.: persona descendiente de otra. Sin.: hijo.
- HERALDO, m. Ministro que tenía por misión anunciar las declaraciones de guerra, llevar mensajes, etc. La persona de los heraldos era sagrada // Mensajero, adalid o caudillo de gente de guerra.
MARANA THA. ¡VEN, SEÑOR JESÚS!. EMC/emc. A JESÚS POR MARÍA.-